Mateo 20:13-16
La semejanza que hay entre el reino de los cielos y el hombre que contrató obreros es asombrosa. El hombre de la hacienda negoció con los primeros obreros pagar el salario normal de un día de trabajo. A los demás les ofreció un pago justo y al final de la jornada les pagó más de lo acordado porque era bueno. Los del primer grupo de obreros se sintieron incómodos de que, a todos, sin importar las horas de trabajo les haya pagado lo mismo y el hombre le dijo al vocero ¿Te pones celoso porque soy bondadoso con otros?”.
Y ese es el problema cuando Dios es bueno para salvar a todos los que creen en él y otros creen que no está bien.
Jesús vino con la intención de salvar a todos los que creyeran en el que lo envió. Vino como luz que alumbra a todo hombre, como lluvia que cae para todos. Jesús vino a lo “suyo” y los “suyos” no le recibieron, pero a quienes lo hicieron les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
El salmo 136 tiene 26 versículos que exaltan la misericordia de Dios comenzando con que Dios es bueno. Jonás no lo vio así cuando Dios lo envió a predicar a Nínive y se fue a otra parte y luego se enojó de mala manera porque Dios es bueno y perdonó a los ninivitas porque se arrepintieron.
Isaías lo resume así cuando se habla de lo bueno que es Dios. Abandone el impío su camino,
y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión,
al Dios nuestro, que será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Comments