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LOS EFECTOS CUANDO UN PECADOR SE ARREPIENTE


Lucas 15:1-7 RVR60


Todos los recaudadores de impuestos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle; y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos.

Entonces Él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la que está perdida hasta que la halla? Al encontrarla, la pone sobre sus hombros, gozoso; y cuando llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: «Alegraos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido». Os digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.


Por causa de una murmuración de los fariseos, nos enteramos de que en el cielo hay gozo por un pecador que se arrepiente.


El versículo 4 está dicho en términos absolutos. Todos los fariseos y escribas si tuvieran cien ovejas y una de ellas se pierde, dejan las 99 y salen en busca de la perdida hasta hallarla. Harían mucho esfuerzo en buscarla y hallarla. El v. 5 habla de la reacción por hallar esta oveja (que pudiera estar enferma, herida, hambrienta, sedienta, etc) es de gozo personal inmediato y de gozo compartido con los amigos y vecinos. Hallar una oveja perdida produce un gozo incontenible.


Luego de la descripción de esta realidad que no se puede esconder, Jesús eleva el hallazgo de un ser humano al nivel celestial. Dios mismo salió a buscar lo que se había perdido y al hallar a un pecador que se arrepiente, se goza de inmediato y lo comparte con las huestes celestiales.

¿No es una mezquindad gozarse por el hallazgo de una oveja y no por un pecador que se arrepiente? La murmuración no tenía ningún sentido.


En Mateo 21:28-32 estas mismas personas retienen su actitud y Jesús les dijo: --De cierto os digo que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios, porque vino a vosotros Juan en camino de justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y las rameras le creyeron. Pero vosotros, aunque visteis esto, no os arrepentisteis después para creerle.


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